¿En qué consiste?
La presión intraocular, también denominada tensión ocular, se puede definir como la presión de los líquidos dentro del ojo.
Para entenderlo mejor, podemos utilizar como símil una pelota de fútbol. La pelota está llena de aire que ejerce presión sobre sus paredes. Así, a mayor cantidad de aire, más hinchada y tensa estará la pelota.
En el caso del ojo, la presión es el resultado del equilibrio entre la producción de líquido intraocular (humor acuoso), que se produce en el cuerpo ciliar, y la salida de éste hacia el exterior, a través de una estructura de la parte anterior del ojo llamada malla trabecular.
Si se altera el cuerpo ciliar la presión intraocular baja demasiado (hipotonía ocular), comprometiéndose el funcionamiento y la estructura del ojo. Si, al contrario, hay una alteración u obstrucción de las estructuras de salida del humor acuoso, la presión intraocular sube (hipertensión ocular).
¿Cómo se mide?
La presión intraocular se mide con un instrumento llamado tonómetro y se basa en la resistencia de la córnea a deformarse, por lo que la presión dependerá del grosor de la córnea. Por eso es imprescindible, ante una medida alta, calcular el grosor corneal, porque puede ser que la presión alta no sea real y que se deba a tener una córnea gruesa.
Por ejemplo, los pacientes operados de cirugía refractiva con láser, tienen unas córneas más delgadas, así que la presión detectada será menor que la real.
Tensión ocular versus presión arterial
La tensión ocular no está relacionada con la presión arterial, por lo que una puede estar alta y la otra normal. El ejercicio físico aeróbico (correr, nadar) puede hacer bajar la presión intraocular, pero solo temporalmente. Al contrario, hay medicamentos que pueden hacer subir la presión del ojo, como los corticosteroides y algunos antidepresivos.
Tensión ocular y glaucoma
Aunque a veces se piensa, la presión intraocular no es sinónimo de glaucoma. Todos los ojos tienen cierta tensión, considerándose normal si está entre 10 y 20 mmHg. El hallazgo de una tensión ocular alta hace que sea más probable la aparición de glaucoma pero, para diagnosticarlo, debe haber una lesión del nervio óptico.